- Tendrán lugar los días 7 y 8 de febrero organizadas por la Academia de Ciencias, Artes y Letras de Huelva junto con el Centro de la Comunicación Jesús Hermida, los Ayuntamientos de Huelva y Zalamea
Los próximos días 7 y 8 de febrero se celebrarán en Huelva y Zalamea la Real unas jornadas que rescatarán y homenajearán la figura del periodista onubense Antonio Ramos Oliveira (Zalamea la Real, 1907; Ciudad de México, 1973), destacado cronista, historiador y funcionario de las Naciones Unidas.
Las jornadas tendrán lugar tanto en Huelva como en Zalamea la Real, localidad natal del periodista, organizadas por la Academia de Ciencias, Artes y Letras de Huelva, el Centro de la Comunicación Jesús Hermida, los Ayuntamientos de Huelva y Zalamea, y la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía.
De esta forma, destacados periodistas profesores y especialistas en la obras de Ramos Oliveria analizarán su obra y su legado durante dos intensas jornadas , en la que también habrá una exposición sobre su figura, un recital de guitarra, un acto de homenaje, recorridos por localizaciones vinculadas a su vida y el descubrimiento de una placa conmemorativa.
Antonio Ramos Oliveira
De formación autodidacta, y tras desempeñar distintos oficios, se dedicó profesionalmente al periodismo desde el año 1928. Fue redactor de ‘El Socialista’ desde ese mismo año y en 1930 ingresó como redactor en su plantilla, ejerciendo su corresponsalía en Berlín y en la Sociedad de Naciones (Ginebra). En 1932 fue nombrado redactor jefe del periódico. Su firma también fue frecuente en otros medios, entre ellos ‘Leviatán. Revista de hechos e ideas’, ‘Rojo y Negro’ y ‘La Vanguardia’.
En 1935 se trasladó a Londres con su familia, en donde permaneció hasta 1950, año en que se trasladó a México. Allí trabajó en el Fondo de Cultura Económica, editorial de vital importancia para la difusión de la cultura hispánica. En 1952 es contratado por Naciones Unidas, organización a la que permanecerá vinculado, como funcionario internacional, hasta su jubilación en 1969.
En la ONU ocupó cargos en las Oficinas de Información de México, Santiago de Chile y Nueva York, y el de dirección de la esa Oficina en Belgrado, Buenos Aires y Ciudad de México. Fue también miembro del gabinete del secretario general U Thant, para el que escribió numerosos discursos. Además fue consejero político de la Embajada de la ONU en Chipre, corresponsable de la misión mediadora en el conflicto turco-chipriota y jefe de la misión diplomática en la República Dominicana.
Tras su jubilación, volvió a México y se dedicó a completar su obra como historiador y sus colaboraciones con la revista ‘Tiempo’.
La obra de Antonio Ramos Oliveira es extensa y muy rica en contenidos y registros. Es la obra de un periodista que no se contenta con la narración de los hechos de lo que le ha tocado vivir, sino que quiere comprender las raíces profundas, las estructuras interiores de los acontecimientos de los que ha sido partícipe y testigo. Y de ahí su interés por el discurso historiográfico. Esa mezcla de testigo, actor e intérprete lo que hace sus textos tan atractivos, sobre todo los que tienen a la historia de España como telón de fondo.
Su impulso narrativo, su capacidad hermenéutica y su interés por los acontecimientos que estudia lo sitúan más allá de una mirada escolástica y repetitiva, siendo su idea de España —la alternancia de periodos revolucionarios y contrarrevolucionarios en nuestra historia, la difícil e incompleta radicación de la modernidad, la defensa de la unidad de España, las causas de la derrota de la Republica…— una idea que merece ser conocida, analizada y debatida.
Finalmente se destaca que el oscurecimiento, o el olvido, de Ramos Oliveira, en contraste con otros intelectuales del exilio, debe impulsar la labor de un imperativo histórico que devuelva a la luz sus trayectorias vitales e intelectuales y que su obra pueda ser estudiada con el rigor y la objetividad que merece.
